Factores emocionales en el aprendizaje de una segunda lengua

                                             


Las relaciones personales en el grupo o ambiente donde se esté desarrollando el aprendizaje de una segunda lengua, cumplen un factor determinante. Es necesario crear un ambiente positivo, de confianza y respeto en clase y como profesor tener en cuenta los aspectos afectivos y emocionales de cada alumno; la ansiedad, la autoestima, el estado de ánimo, etc. 

En el momento de llevar a cabo una actividad comunicativa con los alumnos, lo único y más importante no son sus conocimientos, habilidades y destrezas, es necesario tener en cuenta factores relacionados con su personalidad, la actitud que toma frente a la clase, la motivación, momentos que pueden causarle miedo o vergüenza afectando así su seguridad y autoestima.

Jane Arnold (profesora de lenguas extranjeras y directora académica de Lenguaje and Cultural Encounters-LCE.) habla sobre la influencia de los factores afectivos en el campo de la enseñanza: “El éxito (en el aprendizaje de una lengua extranjera) depende menos de los materiales, técnicas y análisis lingüísticos, y más de lo que sucede dentro de y entre las personas en el aula”

Es decir depende menos de las cosas y más de las personas. La enseñanza es todo un canal humano, es relacionarnos, es conocer, involucrarnos, dar vida a una relación de profesor a alumno. No es únicamente grabar información o aprender términos.

“Todo aquel que ha aprendido una lengua extranjera ha experimentado alguna vez, a lo largo del aprendizaje, una desagradable sensación de ridículo.” Dolores Soler-Espiauba Conesa

Por eso la importancia del saber corregir de forma adecuada, donde el alumno no se sienta agredido ni juzgado y mucho menos en público.

La corrección de los errores de forma brusca puede aumentar la sensación de estar en ridículo y esta sensación es la principal enemiga en el momento de querer comunicarse por medio de una lengua extranjera; El temor al uso incorrecto gramatical de la lengua y sobre todo el gran temor común a una mala pronunciación; el alumno tiene que saber que, aunque puede que su respuesta no valga, él sí vale.

La didáctica de lenguas extranjeras ha evolucionado notablemente en los últimos años, cada vez se hace más notoria la necesidad del conocimiento y manejo de una segunda lengua, esto quiere decir, que la destreza de expresión oral está fuertemente potenciada, y es allí donde los alumnos se ven más expuestos y vulnerables. Si a muchas personas les cuesta tanto expresarse públicamente en su propia lengua, lengua que se supone debe manejar a la perfección, ahora es muy fácil imaginarse el temor de exponerse frente a los demás hablando en una lengua de la cual no tiene un gran manejo. En este contexto es muy probable que se produzcan situaciones que provoquen ansiedad, si el ambiente del aula no es emocionalmente seguro. La ansiedad puede manifestarse en forma de temor en el aula cuando el alumno tiene que expresarse en una segunda lengua.

Se considera muy difícil llevar el oficio de maestro sin contar con un valor como lo es la sensibilidad, sensibilidad que permite transmitir el conocimiento de una manera sencilla y fácil lejos de los términos o vocabulario complicado que en ocasiones crea una barrera y un alejamiento entre la relación profesor-alumno creando dificultades en el aprendizaje del alumno.