Adaptación escolar

“El periodo de adaptación es el proceso durante el cual el niño se integra a la vida escolar”



ADAPTACIÓN ESCOLAR ROL DE PADRES Y DOCENTES:  El periodo de adaptación es el proceso durante el cual el niño se integra a la vida escolar y termina cuando el niño asiste con normalidad al centro infantil.  La adaptación escolar en los niños, representa una ruptura en su rutina diaria y esto trae como consecuencia el comienzo de un proceso de socialización con otros niños y adultos, es un proceso donde él se ve enfrentado a sentimientos de pérdida y ganancia que le supone la separación con su familia o cuidadores, lo que conlleva a ser un reto social, afectivo y psicológico. Todos los niños pasan por este proceso y cada uno lo experimenta de manera diferente, en algunos puede durar días, una semana, un mes o hasta un trimestre completo; en los primeros días es normal la manifestación de llanto, intentos de huida, ansiedad, rechazo a los profesores o negación a estar en el jardín infantil, pasados los días se espera que la protesta pierda fuerza e inicia un periodo en que el niño alterna el rechazo con estados de tranquilidad, aun se presenta ansiedad y angustia con llanto y pataleta, pero también se observa que acepta su entorno y las personas del mismo, en la fase final a lo largo del primer mes se espera que el niño acepte su entorno y docentes, se relacione con mayor facilidad, superando así los sentimientos de ansiedad y angustia. En este proceso de adaptación no solo es el niño quien presenta cambios, padres y docentes también se ven enfrentados a nuevos retos y su papel es fundamental en el camino del niño. Por una parte los padres se verán enfrentados a sentimientos de angustia, temor y ansiedad por la separación con su hijo, aunque es el lugar elegido por ellos sentirán dudas acerca de la docente y el centro infantil; es importante que estos sentimientos e inseguridades no se trasmitan a los niños, por el contrario lo mejor es ayudarlo,  brindándole  la seguridad que su estadía es  temporal y que regresarán por él. Es importante que los padres no incurran en:

  • Llevarlo nuevamente a casa por el llanto, ya que esto es una respuesta positiva para ellos, lo van a usar para no volver y obtener siempre el mismo resultado.
  • Prolongar su permanencia en el jardín y decirle al niño que se van a quedar, esto les genera ansiedad y mayor angustia por no verlos en el lugar.
  • Presentarse a la mitad de la jornada para ver su estado, puede generar una disrupción en el proceso.
  • Consentir inasistencias injustificadas
  • Valerse de promesas engañosas que no se pueden cumplir.
  • Por el contrario:
  • Entregar el niño a la docente con amor, tranquilidad, seguridad y firmeza, le genera la misma sensación y le será más fácil despedirse de sus padres y/o cuidadores.
  • No alargar la despedida, ayudará que el niño se incluya  en la dinámica y el juego rápidamente.
  • Al recogerlo de su jornada escolar  recibirlo con mucho amor, entusiasmo, felicidad y tranquilidad.
  • Preguntarle sobre las actividades y juegos que experimento, hablar de sus nuevos amigos, felicitarlo por sus logros y motivarlo para seguir adelante todos los días.

 “Recuerda que el amor a tu hijo también se demuestra con exigencia”. Quien también entra en un proceso de adaptación es la docente, pues debe empezar a conocer las particularidades, gustos y molestias, debe tener la habilidad, equilibrio  y empatía emocional, para crear estrategias que faciliten el proceso de adaptación del niño al grupo y a su nuevo entorno, estableciendo así un clima afectivo y adecuado para su aprendizaje. Es necesario, que la docente manifieste expresiones constantes e intermitentes de afecto y admiración, preguntarle ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?, felicitarlo por sus logros, hablarle de  forma cariñosa, realizar contacto físico como, tomarlo de la mano y  utilizar un tono de voz adecuado, son acciones muy importantes para que el niño vaya afianzando su confianza. Así finalmente el niño logrará actuar de forma autónoma, aceptará su nuevo espacio y será capaz de moverse con tranquilidad y libremente, explorará nuevos materiales, la relación con otros niños le permitirá sentirse parte de un grupo, aprenderá a manifestar adecuadamente sus emociones, cuidará sus propias pertenencias, descubrirá que existen normas y límites, desarrollara sus potencialidades motrices, lingüísticas, cognitivas,  sociales y favorecerá su autonomía e independencia. 

En definitiva  generar un canal de comunicación asertivo entre padres y docentes, brinda la posibilidad de acompañar al niño en todo su proceso, permite retroalimentar sus avances y apoyar los nuevos aprendizajes, formar pautas, hábitos y rutinas saludables que le servirán en su desarrollo general.  

Psi Angélica María Pérez Pérez